Adaptarse al usuario o morir

AUTOR: Iván Matellanes Pastoriza

HTML5, CSS3, WebGL, WebRTC… Son algunos de los términos tecnológicos de moda y que no nos cansamos de oír. El uso de estas tecnologías facilita el desarrollo de aplicaciones web y abre un abanico de posibilidades que habría sido impensable hace no muchos años.

Pero no todo puede ser tan fácil. Al igual que ocurriera en su momento con la introducción de CSS o de Macromedia Flash, es necesario que los clientes a los que se dirige nuestro servicio posean software capaz de soportar estas tecnologías, algo que no podemos dar por supuesto.

Lo mismo ocurre con la variedad de dispositivos desde los que se accede hoy en día a Internet. Navegar desde nuestro móvil, sea Android, iPhone, Windows Phone o lo que corresponda, la tablet, o incluso la televisión nos parece de lo más natural, y las estadísticas lo confirman.


Siendo esta la realidad a la que nos enfrentamos, es obligatorio diseñar y programar teniendo esto en mente. No podemos suponer que un ancho de 800 píxeles o un margen de 50 puntos se verán siempre igual de bien que en nuestro monitor de 20 pulgadas. Lo mismo ocurre con una etiqueta <video> de HTML5, o una propiedad box-shadow de CSS3.

La solución está en los sistemas que se adaptan a la tecnología del usuario. En el campo del diseño, esta filosofía de desarrollo se conoce como diseño web adaptable (también conocido por su nombre en inglés, responsive web design). Los diseños adaptables están a la orden del día y logran su cometido analizando las características del dispositivo y ofreciéndole un contenido adaptado a él. Existen muchos tutoriales para aprender a hacer este tipo de diseños, aunque lo más fácil es buscar una plantilla WordPress que siga esta línea.

Otra habitual fuente de problemas es la inserción de vídeos o contenido multimedia en general. Un ejemplo de interfaz adaptable es JWPlayer, un reproductor de vídeo que utiliza HTML5 si el navegador lo soporta y Adobe Flash en caso contrario, siendo el resultado totalmente transparente para el usuario. Además cuenta con opciones para añadir subtítulos y ofrecer un mismo vídeo en distintas resoluciones, entre otras muchas cosas. Su integración con los principales gestores de contenido (WordPress, Joomla, Drupal, etc.) es sencilla e intuitiva, a menudo hay plugins que facilitan la tarea.

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